Manejo del Estiercol
El estiércol debería considerarse un producto útil y no un desperdicio difícil de manejar. Muchos productores de cerdos siembran cultivos. Debidamente procesado fertiliza y mejora los suelos. El estiércol producido anualmente por 50 cerdas reproductoras, después de transformado en abono, puede valer $4,000. Además de fertilizar, incrementa el contenido de materia orgánica del suelo, mejorando su estructura y enriqueciendo su micro-biodiversidad.
Los animales distribuyen el estiércol mientras pastan. Si el número de animales por acre es el recomendado y las rotaciones son las adecuadas, el estiércol deja de ser un problema. En las camas se produce un estiércol sólido relativamente fácil de manejar. Estos paquetes contienen grandes cantidades de sustancias complejas, como la lignina, presentes en la paja de las camas. Su lenta descomposición en el terreno aumenta la materia orgánica del suelo, haciendo su estructura muy adecuada para la agricultura durante más tiempo.
Cuando Roger Hubmer de Mankato, Minnesota, se enteró de que necesitaba $100,000 para construir una nueva estructura en confinamiento, decidió criarlos en hopos. Usa tallos de maíz como material para las camas. Para aplicar correctamente el estiércol a sus cultivos, analiza su contenido en fósforo.
Olores y Contaminación
Los malos olores son uno de los mayores problemas de la producción en confinamiento. Los periódicos reflejan la oposición de las comunidades y las quejas de los vecinos. La limpieza de estos sistemas produce una mezcla de agua y estiércol que fluye a unas charcas. Allí, sin el oxígeno del aire, las bacterias anaeróbicas descomponen los sedimentos produciendo gases mal-olientes y tóxicos como metano, sulfuro de hidrógeno, monóxido de carbono y amoníaco.
Si ocurre un apagón, los cerdos confinados enfrentan serios peligros, incluso la muerte, a causa del calor y los gases tóxicos. Los productores lo previenen instalando sistemas de alarma y generadores eléctricos que ocasionan importantes gastos. Por el contrario, en un “hopo” el aire circula libre y naturalmente.
“Los malos olores que ocasiona la producción en confinamiento es el asunto que ha ocasionado mayor discordia en el ámbito agrícola. Ha dañado las relaciones sociales rurales y ha segregado de su comunidad a los productores de cerdos”, afirma R. Douglas Hurt, director del Iowa State Center for Agriculture History and Rural Studies.
Los sistemas al aire libre no presentan este problema. “Casi no hay olores en el modelo experimental de crianza en pastos de Texas Tech”, dice John McGlone, director del proyecto. “Dije a unos colegas del NRCS (Servicio Federal de Conservación de los Recursos Naturales) que no habría olores y no me creyeron. Un año después los reuní allí y no lo podían creer. No huele”.
El mayor peligro es el riesgo de contaminación del agua. El contenido de las charcas puede filtrarse contaminando las aguas subterráneas y desbordarse contaminando las superficiales. En 1999 el huracán Floyd produjo ambos efectos de manera catastrófica en North Carolina. Perecieron 21,000 cerdos y la agricultura perdió $1,000,000,000.
“Al confinar los cerdos concentramos el estiércol, aumentando el riesgo de contaminación ambiental”, dice Honeyman.
Si el sistema produce estiércol sólido, ni filtra ni desborda. Sólo las lluvias intensas podrían contaminar las aguas, si se amontona al aire libre sin protección. La formación de la composta, si se hace bien, es un proceso aeróbico que no emite malos olores. “Puede parecer gracioso”, dice Hubmer, “pero la composta que sale de los hopos no huele mal”.
El pastoreo presenta aún menores riesgos. Alrededor de todo el sistema de Texas Tech se sembró una barrera vegetativa de hierba “Old World bluestem” para controlar la posible escorrentía por lluvia. “El color evidencia que la barrera funciona bien”, dice McGlone. “Nuestros pastos presentan un color oscuro mientras que la barrera es verde pálido. El nitrógeno se mantiene, pues, en los pastos”. La fuga de estiércol y nutrientes no es problema, si el sistema en pastoreo controla la escorrentía.