Beneficios para la Familia y la Comunidad
Los sistemas alternativos favorecen el trabajo en familia y las relaciones con los trabajadores. Los pequeños pueden revisar las cabañas y las camas, mientras los niños mayores ayudan con las vallas, la alimentación, el agua y la preparación de las camas. Favorecen también el trabajo en equipo para mover los cerdos, preparar los pastos, colocar chozas, instalar tuberías, alimentadores y bebederos y agrupar los cerdos para destetarlos o tratarlos.
Vic Madsen de Audobon, Iowa, cría sus cerdos en hopos. En una conferencia anual en Iowa en 1999 dijo de los sistemas alternativos: “Son divertidos y ayudan al productor a realizar mejor su trabajo”.
“Este invierno, mi hijo de 15 años me ayudó a preparar las camas con tallos de maíz. Al terminar comenzó a reírse a carcajadas. Uno de los cerdos se paseaba orgulloso con una mazorca de maíz en el lateral de la boca como si fuese un cigarro. Este cerdo cumplió con la tarea de divertir a mi hijo”, comentó Madsen.
Dwight Ault considera agradable, lucrativa y ecológica la crianza de cerdos en pastoreo. “Es un deleite para mí y para las cerdas cuando las sacamos a pastar. Es como una terapia que despeja la mente. Me siento feliz cuando las veo comiendo legumbres verdes y hierba fresca después de un invierno de comida seca”.
Los productores pequeños e independientes pueden estimular también las economías locales. Usan los servicios de veterinarios, almacenes agrícolas, proveedores de alimentos y camiones locales para transportar sus animales. El dinero adicional que circula en la economía local también beneficia indirectamente otros negocios del lugar.
Según William Hefferman, sociólogo rural de University of Missouri, los beneficios de un productor independiente se pueden triplicar y cuadruplicar en una comunidad. Las ganancias de una granja propiedad de una corporación se van inmediatamente.
La cooperativa Patchwork Family Farms en Columbia, Missouri, agrupa a los interesados en carnes de calidad producidas independientemente. La cooperativa vende carne de cerdo al por menor e ingresa unos $3,000 durante cuatro horas los días de liquidación. Sus precios compiten con los de la carne convencional y sirve a pobres y ricos.
“Conversan en la fila el residente de un asilo, el doctor elegantemente vestido y el profesor universitario,” dice Lindsay Howerton, coordinador de mercadeo de la cooperativa. “Es sorprendente porque estas personas no suelen relacionarse. Hablan de la procedencia de sus alimentos”.