Vender en Casa – Por Barb Baylor Anderson
Barbara Wiand, de Mifflingburg, Pennsylvania25, vende al por menor, en su casa, la carne que produce en su granja. Obtiene así mayores ganancias y puede trabajar mientras supervisa sus niños. Cuando el matadero local cerró, organizó los productores del área para juntar sus cerdos y enviarlos a otro situado a 175 millas (280 Km). Así pudieron cumplir con la cantidad requerida y costear la transportación.
Barbara y su esposo Glenn, se criaron en granjas. Viven ahora en una casa histórica, Olde Stonehouse Farm, situada en una finca de 240 acres (97 Ha) en Pennsylvania. Mantienen en confinamiento 300 cerdas de cría. Cada cerda produce 5 camadas cada 2 años. En cada corral engordan unos 25 cerditos.
Vendían la carne por con trato, pero temiendo una posible caída de precios y cambios en el mercado, debido a la consolidación de la industria porcina, buscaron la manera de protegerse contra estos riesgos. Además de producir 7,000 cerdos cada año, querían mayores beneficios. Wiand diseñó un plan de mercadeo con valor agregado. Lo implementó con ayuda económica de SARE.
Pensé que agregar valor a nuestros productos aumentaría los ingresos, nos permitiría producir el mismo número de animales, mejorar nuestra calidad de vida y continuar activos en la agricultura.
Investigó todos los aspectos del plan y preparó la base del negocio. “Tardé casi dos años en desarrollar productos, etiquetas y el sitio de venta. Hay que trabajar mucho para determinar dónde sacrificar, empaquetar, etiquetar y mercadear la carne”, dice Wiand.
Wiand tiene un certificado del Departamento de Agricultura de Pennsylvania para vender carne al por menor en su casa. También participa en mercados agrícolas del área. Un empacador local certificado por USDA procesa su carne. Wiand la identifica con su etiqueta “Olde Stonehouse Farm” con la foto de la casa de 1811. Tiene etiquetas para doce productos diferentes, entre ellos: tocineta del país ahumada, tocineta canadiense, jamón sin hueso y salchichas. Tiene también una etiqueta genérica para la carne de cerdo, de res y de cordero, si acaso amplía su negocio.
Su tienda está registrada en el Departamento de Agricultura estatal. Sacrifica semanalmente dos cerdos para sus clientes locales.
“Es retador manejar el inventario. Puede ser difícil vender todas las semanas todos los cortes de cada cerdo”, dice Wiand. Contacta oficiales de compra de prisiones federales para vender los excedentes al costo. También explora la posibilidad de donarlos a asilos de la comunidad.
La mayor recompensa de su negocio es servir a la comunidad y atender su familia. “Consigo estar con mis hijos y me siento muy bien al ofrecer a la gente productos de la máxima calidad. Estoy abierta a la ampliación del negocio. Incluso a estudiar la posibilidad de suplir a una o más cadenas de colmados en la zona. Cada paso requiere encontrar la persona adecuada para negociar y convencer a la gente de que el negocio es legal”, dice Wiand.